Conozca cómo utilizar la biblia en el día a día y leer su rutina, para muchos es más fácil decirlo que hacerlo. Si cumplir con la lectura de la Biblia ha sido uno de tus propósitos largamente incumplidos, prueba uno o más de nuestros consejos.
Aprender a utilizar la Biblia en la vida cotidiana
Es posible que de joven hayas sido un ávido lector. Se lee de forma lineal, según los planes de lectura o con la ayuda de un devocionario diario. Y luego el matrimonio, la familia y el torbellino de la vida te llevaron a abandonar cada vez más esta práctica. Si te arrepientes, aquí hay algunos pequeños consejos que pueden ayudarte a sumergirte de nuevo en la Palabra de Dios y ser transformado por ella.
1. Haz que sea una prioridad
En lugar de ver toda la temporada de tu serie favorita, disfruta de un solo episodio y tómate el tiempo de leer tu Biblia. O deja la televisión apagada hasta que leas la Biblia. Si la mañana es el mejor momento para ti, tal vez debas acostarte antes para no tener problemas al despertarte. Deja que la lectura de la Palabra se convierta en tu prioridad.
2. Elija la calidad en lugar de la cantidad
Sentarse en silencio durante unos minutos o leer unos versículos es mejor que no abrir nunca la Biblia. Leer la Biblia es como hacer deporte, un poco es mejor que nada. Dedíquese a la lectura de calidad en lugar de centrarse en la cantidad y no alcanzar su objetivo.
3. Escuchar en lugar de leer
Gracias a la tecnología, no faltan formas de recibir la Palabra. Ahora puede escuchar la Biblia en un CD, descargar una traducción en su smartphone y escucharla en el autobús o en el coche.
4. Adoptar una nueva rutina
El ser humano es un animal de costumbres. Si algo ha funcionado bien en el pasado, no nos atrevemos a probar cosas nuevas. Si sueles leer la Palabra por la mañana, quizá debas probar a hacerlo por la noche o a la hora de comer. Prepárate para adoptar un ritmo diferente que renueve tu rutina.
5. Cambiar de ubicación
¿Quizás necesitas encontrar un lugar diferente para leer la Biblia? ¿Por qué no pruebas a leer en una cafetería o en un parque durante la hora del almuerzo?
6. Elija un plan de lectura
Algunas cosas son más fáciles de hacer cuando las haces con otra persona. Busca un amigo, pregunta a tu cónyuge o únete a un grupo cuyos participantes se comprometan a leer la Biblia juntos. También puedes utilizar tu teléfono para recibir recordatorios y hacer un seguimiento de tu progreso según el plan de lectura elegido.
7. Guarda tu Biblia en el bolsillo o en el bolso
Es fácil tener tu Biblia contigo en una versión digital en un smartphone o una Biblia de bolsillo que cabe fácilmente en un bolso. Aprovecha los periodos de inactividad durante el día para retomar tu Biblia. En lugar de leer las noticias de las redes sociales, ¡coge tu Biblia!
8. Memorice
Si prefiere la calidad a la cantidad, aquí tiene algunos consejos para memorizar la Palabra: empiece con un versículo, familiarícese con él, léalo en varias traducciones, escríbalo y póngalo en algún lugar donde pueda verlo. Medita en esta palabra hasta que se haga viva en tu corazón.
9. Hazlo en familia
Si quieres que nuestros hijos crezcan en el amor a la Palabra, debes dar el ejemplo. Puedes integrar tu estudio bíblico con el tiempo en familia. Podéis comentar juntos una historia bíblica durante el desayuno o la cena.
10. Conviértase en un experto
No huyas de los libros difíciles de la Biblia y no descuides las secciones que has leído mil veces. Un verso puede tener un efecto transformador si tu objetivo es escuchar la voz del Espíritu Santo. Se trata de asimilar la Palabra, no de establecer un registro de cuántas veces la has leído.
¡Ten siempre a mano la palabra divina!
Por último, puedes ser creativo, encontrar diferentes enfoques, diferentes tipos de lectura: cursiva, sistemática, exegética, meditativa, para renovar, mantener, revivir el placer de leer y comprender y luego aplicar esta Palabra en tu vida.
Me llamo María. Me apasiona la teología y llevo 5 años escribiendo sobre el mundo religioso. Soy curioso e investigo todo sobre las religiones del mundo. Me encanta investigar las curiosidades que guían las más variadas doctrinas en diferentes países e idiomas. Hoy soy redactor y me encanta compartir mis conocimientos en el portal Oración y fe.