A veces es difícil saber qué tipo de mañana tendremos hasta que nuestros pies toquen el suelo. Tanto si se trata de una mañana ajetreada como de una lenta y tranquila, empieza con la oración. Tanto si eres una persona madrugadora como un búho nocturno, empieza con la oración. Tanto si necesitas un entrenamiento rápido para empezar como una taza de café fuerte, empieza siempre con la oración.
Oración del día
Oh, Dios mío,
Gracias por bendecirme con otro día. Es una alegría tener esta nueva oportunidad, y te pido que me ayudes a empezar bien este día, aunque desee cinco minutos más en la cama. Dios, mientras sigo mi rutina matutina y comienzo el trabajo y las tareas, te pido que me des un corazón feliz y una mente concentrada.
Señor, dame fuerzas mientras me enfrento a una lista de tareas que parece no acabar nunca, y ayúdame a recordar que debo tener buenos momentos para descansar y relajarme. Te pido que hoy estés siempre en mi corazón, Dios, haga lo que haga, y guíes mis pasos a lo largo del día. ¡Gracias por apoyarme siempre! Te pido todo esto en tu nombre,
Amén.
Mensaje y pensamiento del día: Ama a tu prójimo como a ti mismo
Jesús recuerda cinco mandamientos de un conjunto de seis que componen la segunda tabla del decálogo y que se refieren todos a las relaciones entre los hombres (Éxodo 20,12-16; Deuteronomio 5,16-20). Cristo omite el décimo mandamiento, que se refiere a la codicia, y añade Levítico 19:18, el resumen de los otros seis (Romanos 13:1-10).
"¿Qué?" (Mateo 19:17). Esta pregunta del joven rico evoca tanto la idea de que ciertos mandamientos son más importantes que otros, como la impresión de que se considera más capaz de cumplir algunos de ellos. Jesús cita los cinco mandamientos que se refieren a las relaciones humanas, omitiendo el de la codicia y añadiendo (sólo en Mateo): Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Levítico 19.18), que lo resume todo (Mateo 22.37-39; Romanos 13.9) .
El hombre afirmaba haberlos observado durante años, pero tenía la sensación de que le faltaba algo (Mateo 19:20), lo que Jesús confirmó, antes de recordarle su deber de amar a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente.
¿Lo había hecho el joven? ¿Había amado a Dios con todas sus riquezas? Jesús lo puso a prueba, pidiéndole que vendiera todas sus posesiones y utilizara el dinero para ayudar a los pobres, y que viniera a seguirlo (Mateo 19:21).
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" es uno de los textos bíblicos más famosos. Lo que dice puede parecer "genial" a primera vista. ¿Pero no es también muy exigente?
Me resulta difícil ver enseñanzas de Jesús que no sean muy exigentes. Pero quizá sea cierto que Jesús insiste especialmente en el amor al prójimo y en su expresión concreta en la generosidad. Hace tanto hincapié en esto porque quiere, por así decirlo, venir a probarnos. No obstante, en todos los demás ámbitos no es menos exigente: afirma que no se puede seguirle si no se está dispuesto a llevar su cruz. Ante esto, ¡amar al prójimo parece casi accesible!
Con mucha fe y positividad, escribe diariamente para Oração e Fé, llevando mensajes y enseñanzas divinas a todos.